Todos los artesanos tenemos un instrumento de trabajo y nos gustaría no tener que estar constantemente preocupados de los posibles defectillos o defectazos de nuestra herramienta, para así sólo preocuparnos de lo importante. Habría que ver a Contador (polémicas aparte) con una bici a la que se le saliera la cadena en medio del Alpe D´huez, a Julian Assange sin conexión a internet, ansioso por revelar algún nuevo vericueto político, a Nacho Vidal también ansioso por no poder desempeñar su show o al pescadero del mercado sin un afilador de cuchillos.
Creo que fue acertado comenzar en el mundo del jazz con un instrumento mediocre, ya que en su día, hace un par de años, no tenía muy claro si el jazz era el camino que quería seguir por un largo tiempo. Por eso durante un tiempo me ha acompañado una ibanez AF-95, estéticamente sofisticada y preciosa pero pobre en cuanto a matiz sonoro y plagada de carencias en cuanto a su ajuste y comodidad, incluyendo su inestable afinación. A pesar de todo me niego a deshacerme de ella, por aquello del “incalculable valor sentimental”, resumido en dos años de estudio de lenguaje jazzístico y decenas de conciertos con el cuarteto o acompañando en otras formaciones musicales. Ella se quedará conmigo, celosa de su nueva rival, deseando que vuelva a ponerle los dedos encima, a pesar de que compradores no le faltan.
Pero hoy voy a hablaros de un instrumento mítico y por el que me siento profundamente atraído..y que por fin me espera cada noche en casa! . Sin saberlo lo había escuchado en algunos discos clásicos, ya que ha sido el instrumento de cabecera en largas temporadas de grandes guitarristas a los que admiro como Joe Pass (que más tarde fue endorser de Ibanez, abandonando así a la preciosidad en cuestión) Pat Metheny (también endorser posteriormente de Ibanez) , Jim Hall (que ahora toca una preciosa Sadowsky) y es la guitarra de cabecera de uno de mis guitarristas modernos predilectos: Jonathan Kreisberg.
Dicen que “el bicho” en cuestión fue adquirido por Elvis por ser, en su día, la guitarra más cara del mercado. Por lo visto para El Rey había 2 requisitos esenciales que debía tener una guitarra (excentricidades a tope!): La primera es que debía ser de la marca Gibson o de la marca Gretsch. La segunda es que debía ser la más cara del mercado. En su momento esta era la guitarra más cara y por eso fue adquirida por Elvis. Precisamente parte de su nombre incluye el numero 175, como referencia al precio en dolares con el que salió al mercado.en aquella década. Sus siglas, precediendo al numero son las letras “ES” corresponden a la denominación “Electric Spanish”. Estas guitarras se empezaron a fabricar en la década de los años 30, de hecho uno de sus modelos predecesores, la ES-150, está considerada como la primera guitarra eléctrica de la historia, tocada por el majestuoso pionero del jazz guitarrístico: Charlie Christian
Total, que la tradición avala mi nueva herramienta, con la que ya estoy pasando todas las horas que puedo, intentando dar un pequeño paso cada día. Ah! Se me olvidaba! Todo avalado por el buen quehacer artesano de Gibson Custom, con su sede central en Nashville. (aquí podeis ver un reportaje con estupendas fotos de la fábrica, con que mimo parece que hacen todo!) Pero no sólo la tradición te hace decidirte por un instrumento así, sino que cuando cae en tus manos descubres por qué es una guitarra tan nombrada y utilizada: No hay palabras
La primera vez que escuche hablar de ella fue a un vendedor de una tienda de instrumentos en Madrid. Tras probar, insatisfecho, varios modelos (entre ellos algunas Ibanez, como la PM-120, alguna D´Aqquisto e incluso alguna Gibson )el vendedor me habló del modelo ES-175, de Gibson, que aunque no tenían en tienda, me recomendaba por ser uno de los instrumentos esenciales de la historia de la guitarra en el jazz.
La cosa quedó ahí, aunque regularmente me dediqué hacía búsquedas por internet, recopilando fotografías (y sorprendiéndome de verla tocar también a gente del mundo del Rock), leyendo opiniones de usuarios del mítico modelo y empapándome de su sonido en videos de youtube.
[… ]Tras unos meses de suplencia, firmé mi primer contrato indefinido. Tras tener un “colchón” económico, empecé a plantearme la idea de comprar un instrumento de gran calidad, que no me diera los problemas de mi económica Ibanez AF-95. Como un pretendiente en busca de su princesa, fui llamando a las tiendas de Madrid, pero sorprendentemente ninguna tienda en mi ciudad me ofrecía la posibilidad de probarla previamente, ya que no la tenían en stock. El proceso empezaba a convertirse a la vez en desesperante y mágico. Dejé por unas semanas de pensar en la joya, pero el cielo se abrió de nuevo cuando me planteé la posibilidad de viajar al País Vasco de vacaciones. Investigué en tiendas de la zona antes del viaje, sabedor de la importante afición por el jazz en estas tierras. Muy cerca de donde íbamos a alojarnos encontré una tienda que disponía no una, sino dos guitarras Gibson Es-175. Una en acabado Antique Natura y otra en acabado Natural Sunburst.
La primera prueba de contacto fue estupenda. Cumplía perfectamente todas las expectativas y a pesar de venir encordada con entorchado redondo, su sonido era redondo, pleno, gordo, plagado de armónicos, y su tacto era algo diferente al de mi ibanez, con el mástil y la caja ligeramente mas anchos y corpulentos, pero previamente sabía que mi adaptación sería rápida. Es como pasar de conducir un Seat Ronda a un Ferrari. Su acabado NS (Natural Sunburst) era impactante, muy detallista, y a pesar de ser un acabado muy clásico y con algún que otro defectillo de fabricación, creo que nunca me cansaré de mirarlo.
Finalmente la guitarra se vino a Madrid, y tras un cambio de cuerdas, Instalación de enganche para la correa (tras una extraña espera delante de Zapada Jam) y una puesta a punto de la altura de las cuerdas y la afinación (Cortesía de Raquel y Manu en la Gibson Showroom de Madrid. Gracias!!!) , pude probarla tranquilamente conectada a mi pequeño Combo Roland Cube-60 y mis pedalitos, eso sí, ya montada con cuerdas de entorchado liso 012, mis favoritas para tocar jazz. El Resultado sonoro es impecable, sobre todo la pastilla grave con el potenciómetro de tono bastante cerrado, ideal para tocar de modo clásico en la onda de Wes o Tal farlow , o para tocar un poco de Funky o Rock combinando ambas pastillas con los potenciómetros totalmente abiertos. Incluso para “Punkear” , usando únicamente la pastilla aguda, consigue resultados interesantes, aunque no sean de mi estilo. También me ha sorprendido que para ser una guitarra de caja relativamente ancha, su nivel de acople es menor al de la ibanez (bastante mas estrecha). Su afinación es esquisita, tanto entre trastes como su desviación al hacer bendings o su gran tolerancia al cambio de temperatura de las salas para tocar en directo (ya la estrené ante el publico! En el concierto de despedida del cuarteto)
Sólo puedo hablar maravillas. Sé que es muy friki hablar tanto y tan detallado de un instrumento, algo que para alguien puede resultar insignificante, pero que para un músico es fundamental. Pasaremos largas horas de estudio en soledad juntos. Yo escucharé sus vibraciones amplificadas y ella escuchará mis respiraciones, mis alegrías, mis esfuerzos y mis penas.
Estoy tan emocionado! El flechazo se hunde cada día un poco más en la carne. Sé que seremos inseparables.
Para acabar,algunos ejemplos sonoros:
Aquí pasadita de reverb sonando en Milestones de Miles Davis
En manos de Joe Pass sonando en el clásico de Duke, Satin Doll
No hay comentarios:
Publicar un comentario